La admiracón de Sandro Ribas por Keith Richards nace a sus catorce años al verle interpretar "Happy" en la gira del año ’76.
La renovada energía con que Richards reapareció en los 80, le confirmaba que era un artista que se bastaba a sí mismo para llenar un escenario. Desde entonces siempre quiso emular los temas de su maestro en grupos de amigos, colegas y aficionados. En el deje de la voz, en la afinación abierta de la guitarra.
Su obsesión por Richards iba dejándole solo frente a las modas, solo en el paso de una tras otra. Finalmente, después de una de sus últimas colaboraciones en un concierto, alguien le dice a Sandro Ribas: "Tio, eres Keith Richards, lo estás pidiendo a voces" y el contestó: "Bien, sólo necesito un híbrido de Charlie Watts y Steve Jordan, un buen bajista cuyo lema sea: Rock y corcheas, y una cantante que me cubra la voz". Tras su búsqueda funda finalmente Rolling Pins, banda de Rock-Blues que tributa a Keith Richards.
Rolling Pins, un elenco de buenos músicos reunidos por un sentimiento en común: el buen Rock-Blues del riff humano.
La renovada energía con que Richards reapareció en los 80, le confirmaba que era un artista que se bastaba a sí mismo para llenar un escenario. Desde entonces siempre quiso emular los temas de su maestro en grupos de amigos, colegas y aficionados. En el deje de la voz, en la afinación abierta de la guitarra.
Su obsesión por Richards iba dejándole solo frente a las modas, solo en el paso de una tras otra. Finalmente, después de una de sus últimas colaboraciones en un concierto, alguien le dice a Sandro Ribas: "Tio, eres Keith Richards, lo estás pidiendo a voces" y el contestó: "Bien, sólo necesito un híbrido de Charlie Watts y Steve Jordan, un buen bajista cuyo lema sea: Rock y corcheas, y una cantante que me cubra la voz". Tras su búsqueda funda finalmente Rolling Pins, banda de Rock-Blues que tributa a Keith Richards.
Rolling Pins, un elenco de buenos músicos reunidos por un sentimiento en común: el buen Rock-Blues del riff humano.
